martes, 7 de septiembre de 2010

Confesiones de un no-fan de Iron Man 2














Hoy por fin pude ver Iron Man 2. Y, brevemente, me di cuenta de dos cosas. Uno, nunca me gustó Iron Man. Dos, Iron Man 2 es una película para niños.

Cuando vi Iron Man, el 2008, hice lo posible por tratar de que me gustara. Todos estaban hablando de la película, así que supuse que si no me gustaba era porque algo andaba mal conmigo. No podía estar más equivocado. La secuela de la película dirigida por Jon Favreau confirma la razón por la que no quiero ver otra película de Iron Man: ¿qué pasaría si a un adolescente de 15 años le dieran 140 millones de dólares para hacer la película de superheroes de sus sueños? Estoy seguro que el resultado sería algo muy parecido a Iron Man 2.

Ok, yo se que hay gente a la que le gusta consumir este tipo de películas, y no tengo ningún problema con eso. Por lo mismo, mis palabras van dirigidas al resto de la humanidad, a los no-fans, a aquellos que no vieron Iron Man 2 solo porque es una película de superhéroes.

Para contextualizar un poco, Iron Man 2 cuenta prácticamente la misma historia que la primera parte. Está bien, en esta nueva entrega tenemos a Scarlett Johansson en un traje apretado y a Mickey Rourke hablando como Tom Hanks en The Terminal, pero básicamente Tony Stark sigue siendo el mismo Tony Stark, Pepper Potts sigue siendo Pepper Potts, y Iron Man sigue luchando contra otras máquinas humanoides a punta de balazos y lásers. Y hasta ahí todavía no vamos tan mal; en realidad nadie podría esperar que Iron Man 2 no lleve a la mente de Tony Stark y sus conflictos psicológicos. Acá el problema es otro, y es que todo es demasiado e innecesariamente exagerado. Ya se que por un lado la exageración y la fastuosidad son parte esencial del personaje interpretado por Robert Downey Junior, pero por otro lado, gran parte de la acción parece deliberadamente exagerada para asombrar a un público adolescente e infantil. Y pongo como ejemplo la escena donde (spoiler) Stark está borracho en su fiesta de cumpleaños, usando el traje de Iron Man para entretener a sus visitas, y Rhodey no encuentra nada mejor que ponerse el traje de War Machine para frenar a su amigo. La escena termina con Iron Man y War Machine disparándose mutuamente rayos laser que chocan para crear una espectacular onda expansiva dentro de la mansión Stark (fin del spoiler). Escenas como esa se repiten a lo largo de la película, y escenas como esa me recuerdan a mi jugando con figuritas de acción cuando tenía 10 años. Esa era la clase de acción que quería ver, y en lo posible, recrear en mis juegos.

Es por eso que me impacta tanto ver a adultos que tienen una fe ciega en películas como Iron Man 2. A lo mejor puedo sonar un poco amargado, pero no me queda otra que aceptar lo que Matthew Vaughn, director de Kick-Ass, ha dicho sobre las películas de superheroes: al género le queda muy poco tiempo de vida. Tampoco es que el género tenga grandes obras del séptimo arte, de hecho, para mi Batman Begins está en la cima, y kilómetros más abajo vienen todas las demás, y es quizá porque Batman Begins se aleja lo más posible de la idea estereotípica del superhéroe. Pero volviendo a la idea, claramente estamos hablando de un género saturado, donde Iron Man 2 calza perfectamente como una muestra de la decadencia, no porque sea pésima, porque definitivamente no lo es, si no porque estos son los mejores esfuerzos que se están haciendo, y aún así dejan bastante que desear.

Lo mejor que se puede hacer por ahora, es dejar que los niños sigan disfrutando de Iron Man, y todos sus amigos en el celuloide.


De todas formas si quieren bajar Iron Man 2, lo pueden hacer vía Torrent.
Subtítulos en Subdivx.

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