Lo bueno de ver una película de Sofia Coppola es que simpre sabremos que se trata de ella aún cuando no hayamos leído los títulos. La hija de Francis Ford Coppola nos vuelve a entregar su sello característico en la forma de su nueva película: Somewhere, ganadora de la León de Oro en el pasado festival de Venecia.
Somewhere es quizá la película donde Sofia Coppola se ha tomado más libertades artísticas. No porque estemos hablando de una gran producción ni un guión fuera de lo común. Lo más remarcable de Somewhere es que la directora recoge todo el intimismo característico de sus filmes anteriores y lo transforma en una hermosa pieza audiovisual de 97 minutos de duración.
En Somewhere, Stephen Dorff interpreta a Johnny Marco, un actor de Hollywood que ha caído en muchos de los clichés que la industria ofrece, entre ellos, principalmente una paranoia frente a la prensa, las fiestas, y el sexo; y que al mismo tiempo lleva una vida solitaria y finalmente privada de relaciones humanas significativas. El hedonista estilo de vida de Johnny es puesto en jaque cuando su hija de 11 años, Cleo, interpretada por Elle Fanning, debe quedarse un tiempo con él.
El filme de Coppola se centra en mostrarnos la complicidad que alcanzan estos dos personajes; cómo pasan de ser prácticamente dos desconocidos a tener una relación más parecida a la de un padre y una hija en la vacía vida que conlleva ir de hotel en hotel. Pero no se engañen, como he dicho, Somewhere parece ser la cinta donde Coppola ha tenido más poder de decisión sobre cómo contar la historia, y lo que hace la hija del director de The Godfather es atrapar al espectador mediante largas tomas, tal como su inspirador Michelangelo Antonioni; mucha elipsis, pequeños y decidores detalles, e interacciones no verbales entre los protagonistas.
Tomando esto último, me atrevo a decir que gran parte del éxito de Lost In Translation se debe tanto al carisma de Scarlett Johansson y Bill Murray, como a la química entre ellos. Cada escena en esa película toma dimensiones que van más allá de la historia, ofreciéndonos momentos únicos que quedan plasmados en la memoria. En Somewhere (sin duda una historia que toca muchos de los presentes en Lost In Translation) no se alcanza el mismo nivel. Más allá de que Coppola haya elegido mostrar más que contar, Somewhere carece de aquella empatía que buscamos en los protagonistas. No me mal entiendan, Stephen Dorff y Elle Fanning llevan acabo actuaciones sobre el promedio, pero que parecen no ser suficiente para respaldar esta historia, que lamentablemente termina siendo demasiado plana en ocasiones.
Somewhere es una película para los amantes de Sofia Coppola. Veo poco aquí que pueda ser valorado por otro público de la misma forma que alguien que ha visto The Virgin Suicides, Lost In Translation, y Marie Antoinette. Aquél que es familiar con las sensibilidades de la directora norteamericana encontrará en Somewhere todo lo que anda buscando. Grandes actuaciones, momentos exquisitamente únicos, una banda sonora elegida con pinzas, y una historia que, como siempre, tiene a la incomunicación como una de las mayores protagonistas.
Gracias a Kati por acompañarme a ver esta película aún cuando no le haya gustado, y por supuesto,
Feliz Año Nuevo para todos ustedes.
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