lunes, 18 de enero de 2010

Review: An Education


Me siento un poco ridículo postulando estas películas a los Oscars. No porque no tenga ni la más mínima facultad (¿se habían dado cuenta?), ni porque a lo largo del año ya los hayan postulado cientos de veces tanto en todos los blogs de cine existentes en la red; sino por el simple hecho de que está el reciente ganador del Golden Globe James Cameron, y su azúl vástago, Avatar. Y sí, eso significa que no hay posibilidad alguna de que los demás filmes lleguen a soñar con llevarse la estatuilla por mejor película, aún cuando este año los nominados para la categoría sean 10.
Una película que DEBERÍA estar dentro de esas 10, sin importar lo que digan los demás, es An Education de la directora Lone Scherfig. ¿Por donde empezar? Quizá por la trama. Un coming of age de esos que nadie se resiste a ver: Una adolescente, Jenny y su aburrida vida en el Londres de los 60 se ve radicalmente alterada cuando conoce a una especie de dandy, Jack, interpretado por Peter Sarsgaard. Digamos que An Education es un film que no tiene puntos bajos, sobre todo cuando nos referimos a las actuaciones, donde Carey Mulligan en el papel protagónico es simplemente brillante.
Carey, a quien se le había visto en Public Enemies y en un pequeño papel en la reciente Brothers, se encarga de mostrarnos toda la ambigüedad que conlleva ser adolescente a través de Jenny, su personaje, quien se divide entre dos opciones de vida que en un principio parecen ser complementarias, pero que a la postre resultan ser caminos completamente opuestos: por un lado, la lujosa, bohemia, y divertida vida de David, y por el otro, la educación en Oxford para la que sus padres tanto la han preparado.
An Education se desarrolla de manera sutíl y entretenida, mostrándonos todos esos momentos de la adolescencia que en cierto modo nos identifican a todos, pasando tanto por la vida en la escuela como fuera de ella, y tocando todos los temas que un coming-of-age debe tocar, como la relación con los padres, el amor, los amigos, y la presión de elegir un futuro. Las actuaciones van desde lo preciso hasta la excelencia misma. Sobresalen el ignorado en los Golden Globes, Alfred Molina, en el papel del estricto, cínico, y finalmente comprensivo padre de Jenny, y el ya mencionado Sarsgaard, en el papel del atractivo David. Mención especial para una irreconocible Olivia Williams (inolvidable para quien vio Rushmore), como Miss Stubbs, y para Emma Thompson en el papel de la directora de la escuela.
Es imposible que pueda decir algo malo de An Education. Una película de esas que no te dejan mirar el reloj mientras las estás viendo y que te hace vivir la década de los 60 como si fuese tu tiempo, y Londres como si fuese tu propia ciudad. Espero que Carey Mulligan obtenga su Oscar como mejor actriz principal en vez de Sandra Bullock por The Blind Side, y también, por qué no, que An Education llegue a estar entre las 10 nominadas a mejor película.





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