jueves, 22 de abril de 2010

Review: Pirate Radio (The Boat That Rocked)


Este no es ningún estreno, no por lo menos en la pantalla grande, donde apareció ya hace varios meses. Eso si, acaba de salir en DVD.
Pirate Radio, dirigida por el hombre responsable de Love Actually, Richard Curtis, es una comedia muy simple, centrada en una idea más simple todavía. Resulta que en la segunda mitad de los 60, y más específicamente en 1966, para emitir música pop y rock, las radios debían romper un poco las reglas y lo hacían de manera ilegal. La mejor forma que encontraron, fue subirse a un barco, y transmitir desde ahí mismo: desde las aguas del Mar del Norte que baña las costas del Reino Unido. Rock Radio era una de esas estaciones pirata escondidas en un barco, y es también el lugar a donde llega Carl (Tom Sturridge), el protagonista, un jóven cuyo padrino es algo así como el director de la radio, Quentin (Bill Nighy). Con una radio transmitiendo The Who, The Rolling Stones, The Kinks, The Beach Boys, The Turtles, Cream, Jimi Hendrix y Otis Redding día y noche, no es difícil esperar encontrarse con una serie de personajes de lo más extraños y psicodélicos. Entre estos encontramos a The Count (Philip Seymour Hoffman), algo así como el locutor leyenda del barco, Angus Nutsford (Rhys Darby), casi repitiendo su excelente papel de Murray en The Flight of The Conchords, Doctor Dave (Nick Frost), un obeso sex symbol, y muchos, muchos otros que le dan vida al "boat of love". Por otro lado, tenemos lo que genera el conflicto de la historia: el conservador ministro Dormandy (Kenneth Brannagh), está decidido a acabar con las estaciones pirata, y llegará hasta las últimas consecuencias para hacerlo.
Como ven, The Boat That Rocked tiene todo para triunfar y entretener, y por otro lado, su duración de 2 horas 15 minutos, podría indicar que estamos frente a algo de proporciones épicas, pero lamentablemente nada es como parece. La primera gran debilidad es Carl, el protagonista. En un principio creemos que la historia se centra en él y sus experiencias al interior del barco, pero el personaje es tan débil y plano que se pierde rápidamente y vuelve a aparecer a ratos para recordarnos que aún existe. Nunca lo vemos hacer algo heróico o memorable, nunca lo vemos ganarse la confianza de nadie y aún así todos parecen estimarlo mucho.
Otro punto en contra es la misma idea de las radios piratas flotantes. No es que la idea no sea actractiva, al contrario, resulta totalmente interesante, pero la forma en que se nos muestra puede ser un poco decepcionante. Desde un principio debemos asumir que la radio es cool y que todos los personajes presentes en ella también lo son. Nunca se nos cuenta nada del pasado de ningún locutor, tampoco se nos cuenta nada del proceso que hubo antes de llegar a ser una radio pirata. En ese sentido, hubiese sido más entretenido, por lo menos para mi, una película sobre cómo un grupo de locutores llegan a agruparse para transmitir en una radio flotante.
Tercero. Todos sabemos que una película como esta DEBE hacer uso de la banda sonora. Sería un desperdicio si no se hiciera. Pero lo que tenemos acá es un abuso. Nada malo con las canciones, pero hacia el final se hace excesivo la sucesión de temas, a cada rato recordándonos que estamos viendo una película sobre el grandioso Rock n' Roll, acabando en pobres guiños (intencionales o no) a Cameron Crowe y Wes Anderson.
Derechamente, no tienen por qué ver esta película. No se pierden de nada. Hay momentos divertidos, como en todas las películas, pero sinceramente mejor bájense la banda sonora. La experiencia va a ser mucho mejor, y no van a tener que estar sentados durante más de 2 horas.



Bookmark and Share

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta!