domingo, 18 de abril de 2010

Review: Shutter Island


Entré al cine sabiendo que se trataba de una película de Martin Scorsese, aún cuando mi polola estaba 100% segura de que en los próximos minutos veríamos nada más ni nada menos que Inception, lo nuevo de Christopher Nolan. Más allá de la pequeña confusión causada por la presencia de DiCaprio en ambos filmes, ambos disfrutamos de principio a fin lo que desde ya puedo llamar una de las mejores películas de lo que va del año. Para algunos puede resultar una película menor en el repertorio de Scorsese, para otros el acercamiento prematuro al horror psicológico por parte del legendario auteur americano, pero la verdad es que lo que tenemos aquí, es esencialmente una excelentemente pulida cinta de misterio, donde a ratos, como espectador, parecerás estar tan desconcertado como nuestro protagonista, pero tranquilo, que al final del túnel siempre hay una luz, y de eso Scorsese no se olvida.
Shutter Island nos cuenta la historia de dos agentes federales que se embarcan hacia la "Isla Siniestra" (como la tradujeron al español) con el fin de resolver algo que a simple vista parece un misterio más en sus vidas: la desaparición de una prisionera-paciente de las dependencias. Uno de ellos es Teddy Daniels (DiCaprio), un veterano de la Segunda Guerra Mundial en tierras alemanas con un tormentoso pasado, el otro es Chuck Aule (Mark Ruffalo), es algo así como su side-kick, a quien Daniels acaba de conocer en el ferry que los transporta a la isla.
Shutter Island es una especie de mezcla entre prisión de alta seguridad al estilo Alcatraz y hospital psiquiátrico, donde las técnicas del electroshock y la lobotomía parecen haber quedado en el pasado, dando paso a un tratamiento más humano y respetuoso hacia los pacientes, todo controlado por la estricta visión del Dr. Cawley, interpretado por Ben Kingsley.
Dar más detalles de la película pasaría a ser algo injusto para ustedes, porque Shutter Island tiene como principal arma a estos pequeños elementos que irán modelando tanto la verdad del protagonista, como nuestra versión de los hechos.
Había leído en varios sitios que la película se hacía excesivamente larga, y que quizá el ritmo se tornaba un poco lento, algo con lo que no podría estar más en desacuerdo. Pocas películas me han hecho estar tan pendiente de lo que está sucediendo en la pantalla, por 2 horas y 18 minutos no me despegué del asiento, quizá atraído por las excelentes actuaciones de todo el elenco, y sobre todo por la del viejo DiCaprio, o quizá embobado por la finísima y elegante ambientación que Scorsese logra tan magistralmente recrear en la pantalla grande, dándole a Shutter Island un aire a película de Cine B de los 50. Todo en el filme conspira para que estemos atentos y saltemos de vez en cuando frente algún ruido o distracción, los cuales por ningún motivo llegan a ser trucos baratos.
Si quieres ir a ver Shutter Island porque piensas que es una película de terror, no vayas. Shutter Island interactúa con el espectador de otra forma: es un puzzle muy bien hecho, quizá tan bien llevado a cabo como The Departed, pero esta vez está apuntando derechamente a ti, como parte del público. Si podemos darle algún crédito a Scorsese por Shutter Island, se lo deberíamos a la magnífica historia y a la genial manera de contar y mostrar todos los giros de esta enmarañada trama, aún cuando todo se cocine a fuego lento.


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