lunes, 27 de diciembre de 2010

Review: Buried














Esta es una de las películas que más quería ver este año, tanto por su premisa como por su afán de romper con los límites del Cine. En Buried, dirigida por el debutante Rodrigo Cortés, Ryan Reynolds encarna a Paul Conroy, quien de la nada se encuentra encerrado en un ataúd enterrado a metros de profundidad. Con él, solo un celular, un lápiz, y unas cuantas fuentes de luz. Con una narración en tiempo real, Conroy deberá ingeniárselas para lograr salir con vida de la extrema situación.

En primer lugar, y sin ahondar en spoilers, Buried ocurre íntegramente en el ataúd, con Ryan Reynolds como la única persona frente a la cámara. Si esto ya parece interesante, el desarrollo de la película está a la altura de su premisa. Ryan Reynolds ofrece una actuación de aquellas en esta intensa película minimalista, logrando transmitir toda la desesperación y claustrofobia que el español Rodrigo Cortés le imprimió a Buried.

Lamentablemente no tuve el placer de ver Buried en la pantalla grande, pero puedo decir que no deja de ser una experiencia efectiva aún cuando se esté viendo en una televisión en un cuarto oscuro (lo más recomendable si es que no pueden ir al cine). Buried confía básicamente en la oscuridad y el sonido para crear la sensación de claustrofobia, y al mismo tiempo Cortés se preocupa de hacer esta película lo más dinámica posible al enfocar el ataúd de todas las maneras imaginables.

La historia de Buried se mueve a un ritmo frenético gracias al uso de llamadas telefónicas desde y hacia el celular de Conroy (a partir de este punto sería bueno dejar de leer si no han visto la película). Paul Conroy es un conductor de camiones norteamericano trabajando para una empresa también norteamericana en Iraq. Gracias a las llamadas telefónicas que Paul hace desesperadamente a familia, amigos, y más relevante a distintas entidades del gobierno de los Estados Unidos, sabemos que el hombre ha sido secuestrado y puesto en un ataúd después de un encuentro armado con unos insurgentes/criminales iraquíes. Cuando su abductor lo llama, nos enteramos de que Paul debe reunir 5 millones de dólares en más menos una hora antes de morir enterrado vivo sin ser jamás encontrado.

Desde aquí, la acción vertiginosa de Buried se desarrolla en paralelo con un fuerte comentario social que trasciende la cultura norteamericana. Si bien Paul Conroy debe hacer malabares para ser transferido de una línea a otra con el fin de dar cuenta de su situación a organismos gubernamentales, lo que realmente se está mostrando en Buried es mucho más que la pequeñez del individuo frente a las leyes burocráticas de sus países, aún en las situaciones más extremas. Lo que Cortés intenta representar es un problema no solo de severa incomunicación, sino también de una cruel displicencia por parte de los estamentos más poderosos de la sociedad. La burocracia en Buried no es un problema en sí, si no una fachada para un utilitarismo que tiene como víctima al individuo con menos herramientas. Paul Conroy representa una obligación más para el estado, un trámite que de ser llevado acabo exitosamente resultará en una victoria del gobierno sobre el enemigo de turno. Lo más triste es que si el trámite llega a salir mal, las organizaciones tienen la capacidad de delegar culpas y seguir con el plan acordado sin siquiera, en la práctica, asumir una responsabilidad.

Buried es una de las películas más versátiles de 2010. La única traba para no verla sería la mortal claustrofobia no apta para gente que gusta de espacios abiertos. Si se logra pasar esta barrera, estoy seguro que Buried apelará a gran parte del público, tanto por su única premisa, su increíble calidad técnica, la excelente actuación de Reynolds, su trepidante ritmo, o simplemente por su importante mensaje de fondo.


Pueden bajar Buried vía Torrent desde acá.
O pueden descargarla directamente desde esta página.
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