viernes, 13 de noviembre de 2009
24 horas con Richard Linklater
A pocos días del estreno (nunca en Chile) de Me And Orson Welles, la nueva película de uno de los directores independientes más importantes de las últimas dos décadas, Richard Linklater, me pongo a pensar en lo que ya he visto de él y en las expectativas que tengo de este nuevo filme, que a todo esto no son las mejores teniendo en cuenta que es Zac Efron el protagonista.
Pero más allá de eso, cuando pienso en Linklater se me viene de inmediato a la mente esa escena de Before Sunrise, donde Ethan Hawke y la encantadora Julie Delpy se conocen en el tren hacia Viena; y Jesse, el personaje de Hawke, habla sobre su idea de hacer un canal de cable dándole una cámara a 365 personas en diferentes ciudades del mundo. Así, de forma sencilla, si cada persona usa la cámara las 24 horas del día para grabar las trivialidades de su vida cotidiana, podría tenerse un canal de cable sustentable durante todo un año.
La idea a los 7:50
Demás está decir que Jesse es un intento de Linklater de plasmarse en su propia película. Esto, porque nuestro director tiene una ya conocida obsesión con el "tiempo real" en el cine, y sobre todo con el relato de "un día". Lo hizo en su debút, con Slacker (1991), un filme donde, sinceramente, no pasa nada, y es lo más cercano a la idea de Jesse: el hilo narrativo y la cámara varían entre los diferentes y peculiares habitantes de un pueblo de EE.UU, donde cada uno tiene algo extraño e irrelevante que contar. Dejemos en claro que Slacker no es una película para ver con tu familia, pero si deberíamos entender que hay algo desafiante e inspirador en la cinta; no fue por nada que, después de verla, el mismísimo Kevin Smith se decidiera a hacer otro ícono independiente: Clerks.
A tanto llega la obsesión de Linklater con el tema, que 2 años más tarde, y en un claro homenaje a la entrañable American Graffiti (1973), nos deleita con la comedia Dazed and Confused (1993), el relato del último día de colegio de un grupo de estudiantes en 1976, algo que ya nos suena conocido, ¿no? A diferencia de Slacker, Dazed and Confused se enfoca menos en el azar y las trivialidades, y más en los personajes, retratándolos de forma honesta a la vez que divertida; todo rodeado por un tremendo sentido de la nostalgia, tanto en la música como en la ambientación con un rigor casi de documental.
La evolución no para con Linklater: ha pasado por el filme experimental, la comedia indie, y la menos indie (pero no menos divertida) The School of Rock, el sci-fi, y por supuesto, el romance. Before Sunrise (1995) también sirve a la fijación del director, con escenas larguísimas y temas universales, logra plasmar en la pantalla a Jesse y Celine, dos de los personajes más adorables de su repertorio, en un día completo en Viena. Pero a Linklater no le basta con eso. También se da el lujo de revivir esta curiosa historia en Before Sunset (2004), la que tiene lugar 10 años después de Sunrise, tratando ahora temas de la adultez, pero siempre con la idea de rescatar un día en las vidas de los personajes.
Dentro de esta temática del tiempo también podríamos rescatar a Tape (2001), un drama que se acerca más al teatro que a otra cosa. Aún cuando se desarrolla completamente en tiempo real, y con una habitación de hotel como única locación, Tape no alcanza a ser esencial dentro del catálogo de Linklater debido a lo torpe del guión o, paradójicamente, a la incompatibilidad del formato de "tiempo real" con la gran pantalla.
Por último, no puedo dejar de mencionar la magnífica Waking Life (2001), la que pareciera ser una Slacker 2.0. Con la misma técnica narrativa utilizada en Slacker, eso sí, ahora con un protagonista como nexo entre todos los personajes presentes en ella, Linklater nos adentra en el mundo de los sueños, su ambiguedad, y por sobre todo, su belleza, a la vez que cada personaje nos muestra un poco de su visión de mundo y filosofía. Filmada con una técnica de animación basada en el rotoscoping, Waking Life ofrece una experiencia única, desafiando los límites del cine.
No me que más que decir que, como se habrán dado cuenta, Linklater uno de mis directores favoritos, y si no han visto nada de él todavía, se están perdiendo algo grande.
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