domingo, 7 de febrero de 2010

Review: Fantastic Mr. Fox


Si alguien se imaginó que Fantastic Mr. Fox sería una versión animada de The Royal Tenenbaums, no se equivocó. Y es que el auteur Wes Anderson nos presenta una vez más, y para sopresa de pocos, el mismo filme, lo cual, créanme, no tiene nada de malo.
Fantastic Mr. Fox, basada en el libro para niños de Roald Dahl, trata sobre Mr. Fox, interpretado por George Clooney, un zorro, que aburrido de vivir en una madriguera junto a su familia, decide mudarse a un mejor lugar, y al mismo tiempo maquinar un robo de víveres a 3 de los más peligrosos granjeros de la zona, para así vivir la vida que siempre quizo vivir.
Quizá lo única diferencia importante entre las películas anteriores de Wes Anderson y Fantastic Mr. Fox, sea que esta última es una película animada. Y no estoy hablando del simple hecho de lidiar con figuritas en vez que con actores de carne y hueso, estoy hablando de todo lo que conlleva una película animada. En Fantastic Mr. Fox, Wes Anderson se ve casi obligado a darle un nuevo perfil a su estilo de siempre: La edición es mucho más dinámica y divertida, y la narración requiere de un ritmo que antes no habíamos visto ni en Rushmore, ni en The Life Aquatic with Steve Zissou.
Y es precisamente aquí donde reside tanto la fortaleza como la debilidad de esta cinta nominada al oscar. Por un lado, la animación, créanme, es diferente a cualquier cosa que hayan visto antes. Anderson, con ayuda del director de animación Mark Gustafson, utiliza varias técnicas de animación, de las cuales la más importante un stop-motion más lento que lo habitual, para resaltarla frente al espectador. Cada escena en Fantastic Mr. Fox está llena de detalles, y cada cuadro parece estar hecho con la misma dedicación que el siguiente. En este sentido, la película es una obra de arte única, con escenas que no han visto en ninguna otra película animada.
Lamentablemente, esto de la animación tiene un problema, sobre todo para Anderson, quién parece que lo único que no pudo hacer calzar en la película, fue el diálogo. Desde ya les digo que no me imagino a un niño viendo Fantastic Mr. Fox. Los diálogos particularmente minimalistas, que ya son su marca registrada, parecen perderse un poco en lo rápido de la película. La sensación es extraña cuando todo en el filme tiene un ritmo de película aventura, y nos encontramos, al mismo tiempo, con un diálogo sacado de Bottle Rocket o The Darjeeling Limited. Es simplemente raro y parece no funcionar del todo. Con esto, gran parte del humor se pierde, quizá porque son figuras artificialmente animadas las que nos tratan de hacer reir. Porque en Fantastic Mr. Fox, gran parte de la comedia, a diferencia de otras cintas animadas, no apunto al humor físico, sino a lo ingenioso que pueda llegar a resultar el díalogo.
Fantastic Mr. Fox es un imperdible de 2009, y por qué no, de la década, pero quizá les pueda resultar un poco extraño a quienes están esperando una película animada tradicional. Aún así, la animación tiene mucho más mérito que Avatar, y quizá, que Up para llevarse el Oscar a mejor película animada.



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