Sigo revisando la categoría de mejor película extranjera en los Oscar 2010.
Con ustedes: Un Prophète, la candidata francesa del director Jacques Audiard, con un increíble Tahar Rahim en el papel protagónico como Malik El Djebena, un joven y analfabeto criminal sentenciado a 6 años de cárcel.
Un Prophète nos cuenta su dura y oscura historia al interior del recinto, donde pasará de ser una especie de sirviente para un grupo de la mafia corsa a luchar por tener su propia red tanto al interior como fuera de la cárcel. Para los que no han escuchando ni leído sobre este filme francés, de inmediato les diré que no estamos hablando de una película complaciente ni bonita, olvídense de las películas de cárcel de Frank Darabont: The Shawshank Redemption y The Green Mile y esperen encontrarse en vez con una violenta cruza entre Ciudad de Dios y American History X, sumándole a eso, por supuesto, el evidente factor francés.
Cada vez que veo una nueva película de la categoría extrajera, y en especial esta, me convenzo más de que acá hay mucho más material que en la categoría de mejor película, y eso que en vez de 10 nominados tenemos solo 5. Un Prophète es simplemente una de las mejores películas de 2009, y uno de los mejores retratos que he visto sobre la vida en la cárcel. Lo que más llama la atención de la cinta es la cruda realidad que ofrece a los espectadores, Malik El Djebena, si bien es un personaje finalmente esperanzador, es esencialmente un anti-héroe; sin arruinarles la película, el personaje interpretado por el debutante Tahar Rahim vive al filo de la ley y la moral, un estilo de vida donde el asesinato y otros crímenes son siempre justificables si es que detrás hay un bien mayor, o quizá más noble. Malik El Djebena es un personaje extremadamente complejo, claramente un producto de la realidad en la que vive, la cual le ofrece por un lado una educación y rehabilitación, y por otro, una oportunidad en el mundo del crimen que no puede dejar pasar.
El estilo del director Jacques Audiard se impone desde el comienzo del fin, siempre resaltando la idea del encierro y la desesperación de Malik con planos claustrofóbicos y vehementes. Por otro lado, Audiard no tiene tapujos en desafiarnos con su narrativa, que si bien se distancia mucho de lo convencional, esconde lo suficiente como para ser atrapante y ágil, a veces mezclando de manera sutíl la realidad y la fantasía al intentar adentrarse en los miedos del protagonista.
La nominada francesa ofrece mucho más que una historia violenta de escenas de tensión, donde las amenazas pueden venir desde cualquier lado y en cualquier momento. La película de Audiard es un honesto relato sobre la superación de un personaje que ha caído lo más bajo de la sociedad, donde cada detalle cuenta para subir un peldaño hacia su redención y finalmente hacia su libertad. Entre toda el horror, salvajismo y las complicadas conspiraciones de esta historia, no se extrañen si se encuentran con pasajes de particular belleza e incluso con pequeñas dosis de humor. Una de las cosas más interesantes de la cinta es que no se trata de un retrato donde nada es blanco o negro, bueno o malo; al final, y como siempre, todo depende de nosotros, la audiencia.
Sin lugar a dudas, Un Prophète es una película que nadie puede dejar pasar, tanto por su única y brutal visión como por la intensa historia de Malik El Adjebe. De vez en cuando hace falta olvidarse la fábrica de sueños de Hollywood y volver a la realidad, aunque sea a través del cine.
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